Hace mucho tiempo que venimos discutiendo sobre la Neturalidad de la Red o Neutralidad de Internet, pero ahora con el gran avance de los servicios que corren sobre esta (OTT), o simplemente de las redes sociales y a la luz de lo ocurrido con las noticias flasas, usuarios falsos y más; con el crecimiento exponencial de algoritmos de inteligencia artificial que recomiendan o no determiandos contenidos, empezamos a pensar en otro tipo de neutralidad; la Neutralidad de Plataforma: ¿es el siguiente paso lógico?
La neutralidad de plataformas cobra cada día mayor importancia. Estas, a través de sus algoritmos, tienen injerencia sobre el contenido que un usuario ve o no ve en Internet, haciendo las veces de un regulador privado.
Vivimos una epoca de plataformas, donde Google, Apple, Amazon, Netflix, Spotify o Facebook han acumulado un poder excesivo y sus algoritmos tienen un poder excesivo sobre a que contenidos accedemos; y esto atenta contra la libertad de expresión, diversidad y pluralismo de todo lo que se pude compartir en Internet.
La neutralidad de la red busca resguardar estos principios de posibles manejos de parte de los ISP y las Telco; la neutralidad de plataformas va un escalón más arriba, buscando resguardar los principios de libertad diversidad y pluralidad de los gigantes de internet, sus algoritmos y la inteligencia artificial.
Un entramado de algoritmos y el uso de inteligencia artificial para seleccionar contenidos que podemos visualizar en función de lo que estos entiendan como nuestras predilecciones, provablemente tenga las mejores intenciones, pero no es necesariamente será compatible con dichos principios fundamentales.
Pero que se busca con la Neutralidad de Plataformas, por ejemlpo significaría que las plataformas en línea no pueden discriminar a favor de sus propios servicios; Amazon no podía favorecer sistemáticamente a sus productos en las clasificaciones de búsqueda en su mercado, y Google no podía promocionar su propio servicio de comparación de compras en sus resultados de búsqueda mientras degrada a sus rivales (por lo que ya fue multado en UE con 2.400 millones de euros).
Porque al fin de cuentas, las plataformas son en esencia, emparejadoras: unen a los consumidores con los proveedores. Para hacerlo dependen fuertemente de la tecnología, especialmente de los algoritmos de clasificación y recomendación.
La neutralidad de plataformas cobra cada día mayor importancia. Estas, a través de sus algoritmos, tienen injerencia sobre el contenido que un usuario ve o no ve en Internet, haciendo las veces de un regulador privado.
Vivimos una epoca de plataformas, donde Google, Apple, Amazon, Netflix, Spotify o Facebook han acumulado un poder excesivo y sus algoritmos tienen un poder excesivo sobre a que contenidos accedemos; y esto atenta contra la libertad de expresión, diversidad y pluralismo de todo lo que se pude compartir en Internet.
La neutralidad de la red busca resguardar estos principios de posibles manejos de parte de los ISP y las Telco; la neutralidad de plataformas va un escalón más arriba, buscando resguardar los principios de libertad diversidad y pluralidad de los gigantes de internet, sus algoritmos y la inteligencia artificial.
Un entramado de algoritmos y el uso de inteligencia artificial para seleccionar contenidos que podemos visualizar en función de lo que estos entiendan como nuestras predilecciones, provablemente tenga las mejores intenciones, pero no es necesariamente será compatible con dichos principios fundamentales.
Pero que se busca con la Neutralidad de Plataformas, por ejemlpo significaría que las plataformas en línea no pueden discriminar a favor de sus propios servicios; Amazon no podía favorecer sistemáticamente a sus productos en las clasificaciones de búsqueda en su mercado, y Google no podía promocionar su propio servicio de comparación de compras en sus resultados de búsqueda mientras degrada a sus rivales (por lo que ya fue multado en UE con 2.400 millones de euros).
Porque al fin de cuentas, las plataformas son en esencia, emparejadoras: unen a los consumidores con los proveedores. Para hacerlo dependen fuertemente de la tecnología, especialmente de los algoritmos de clasificación y recomendación.